“Ninguna otra generación ha tenido que enfrentar cambios tecnológicos tan grandes. ¡En primaria escribíamos con lapicera de palo y tintero!”, manifestó el periodista Hernán Miranda cuando tomó la palabra a nombre de sus compañeros. Y recordaba cuando en 1985, trabajando en el diario La Tercera, se produjo un verdadero trauma con el cambio obligado de las tradicionales máquinas de escribir a los computadores. “Ha sido un estímulo grande para seguir profundizando en este cambio”, concluyó sobre el taller de periodismo digital recién terminado.

Fueron 21 colegas de distintas generaciones los que al final se graduaron el viernes 27 de julio, tras cumplir 12 clases con las jóvenes (obvio) colegas Carolina Buscaglia y Consuelo Pelayo, quienes en un admirable gesto de solidaridad gremial, dictaron el taller en forma gratuita.

“La tecnología es crucial en el desarrollo del conocimiento”, planteó el director Torres, añadiendo que sin duda Internet está permitiendo más acceso a la información y que la tecnología está impactando fuertemente las prácticas educativas al validar, por ejemplo, la educación virtual. En ese marco, dijo, el periodismo es una de las prácticas que tiene mayor impacto social, lo cual puede llevar a una democratización de las comunicaciones. El académico manifestó además la voluntad de la universidad para seguir trabajando con el Colegio de Periodistas en otras áreas de capacitación.

El Presidente del Consejo Metropolitano, por su parte, felicitó a los colegas que deciden continuar capacitándose. “Estamos en una línea de encuentro”, dijo, “aquí se juntaron dos generaciones que se conocieron y potenciaron.

Recordó que a principios de año se dictó un seminario sobre política internacional con la Academia Diplomática y adelantó que a fines de septiembre se realizará una tercera actividad de capacitación con la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. “Esta asociatividad con universidades y otros organismos, señaló, es primera vez que se da”.

Cabe mencionar que en el caso del taller de periodismo digital, no fue fácil aunar los distintos niveles de manejo computacional de los alumnos, pero los problemas se superaron con una cuota de buena voluntad. “Para los que no sabían nada de este mundo, fue un gran descubrimiento, para los que tenían más manejo tal vez no tanto, pero sirvió para sistematizar”, afirmó el colega Marcelo Dauros, uno de los graduados. Su compañera Claudia Fuentes fue más allá y pidió derechamente un segundo taller de continuidad.